Todo lo que es concerniente a lo que se debe o no hacer (la deóntica) obedece a un conjunto de principios que son reconocidos en todos los documentos que se suele escribir al respecto, cuando se vinculan con la ingeniería. Cuando leemos documentos desvinculados de la ingeniería observamos una suerte de conformaciones teóricas llenas de homúnculos, terceros hombres o relatividades morales.
Existe una deóntica vinculada con el mundo empírico, que corresponde con reconocer el comportamiento de las personas y su sociedad. De la misma manera, también tenemos una deóntica vinculada con el mundo lógico, que se vincula con el estudio algebraico de la lógica modal. Por lo que aquello que tiene que ver con lo que debemos hacer se debe dividir en dos términos, como así se lee en todos los documentos, uno vinculado con lo que hace la gente y otro vinculado con lo que esperamos a partir de una ley que nos sea natural.
Como ya tenemos palabras preparadas a tales efectos es de obligado cumplimiento decir que moral es lo que hace la gente y que ética es lo que se espera que haga. Son dos preceptos propios de naturalezas diferentes y, como tales, existirá un puente que las una.
Nótese que chatGPT (los transformers en general) ya han conseguido abordar el problema de la moral. Quien lo niegue, allá él y sus monstruos personales. El asunto concierne a la ética: cómo fusionar ambos campos.
Huelga mencionar que ya habré presentado esquemas lógicos sobre cómo enfocar la idea, asímismo también habré propuesto técnicas para desarrollarla bajo según qué perspectivas..., pero lo importante sigue ahí: la meta no se ha terminado de abordar porque es un problema de fusión entre el conectivismo y el conexionismo. Es el tema pendiente que no termina de querer aceptarse hoy día. Y lo sé de primera mano.
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Leyendo distintos documentos que sí están bien referenciados observo enfoques que no han sido bien argumentados y adolecen de errores propios de esta época. Lo cual no es malo, a mí también me pasará porque no soy un ser de luz. Pero al menos estos documentos no te imponen ideas del pasado, ni niegan la singularidad que estamos viviendo con los transformers.
La ética, tal como suele ser definida, habla de agentes que la llevan a cabo bajo una coherencia. Se entiende que la ética es una política y, por tanto, una estrategia; de lo que se deduce, por teoría de juegos, que se trata de un precepto que aparece en todas partes y te dice lo que debes hacer en cada momento. Y si no da respuesta a una decisión que adoptar al menos debe darte la multidependencia: es decir, debe definirse siempre.
Esto es debido a que ya sea moralidad o ya sea ética siempre debe dar lugar a la libertad de acción: si no hay libertad de acción entonces no hay contingente en el que se discuta si es o no ética una valoración. Alguien podría decir que la libertad de acción consiste en desconocer la incongruencia que representa actuar de mala manera, o que la libertad de acción consiste en romper las reglas y, por tanto, es una cuestión de percepción de la estética y no de ética. Sin embargo los documentos con los que me manejo trabajan bajo la perspectiva de que el debate ético deja lagunas donde debe, porque no todo es blanco o negro. No todo es a favor del todopoderoso, o en su contra.
En Youtube subí un vídeo donde contradecía el principio de no exclusión cristiano, y puse la referencia en mi anexo de donaciones. Ese vídeo debe servir de demostración de que la ética no puede definirse dentro de un esquema determinista, pues el determinismo es un criterio lejano para quienes diseñamos los agentes. El determinista, así como el monista o el fisicalista, tienen la carga de la prueba: hay evidencias de al menos tres mundos, y su interconexión sigue siendo fuente de misterios digna de ser estudiada desde las ingenierías. Lo digo porque la palabrería que en ocasiones escucho por parte de mis compatriotas lo que provoca es que siga prefiriendo las vaguedades de Popper que, al menos, en su defensa es más honesto y simple para decir lo mismo.
Cada vez que un todopoderoso nos explicaba su visión del mundo llegaba un científico y le decía: "aparta". En su momento Newton apartó la idea del dinamismo y el misterio de las fuerzas, luego Darwin hizo desvanecer otros misterios..., la ciencia se encuentra al de siempre en medio, pidiéndole que deje pasar la luz. Y, como pasa con la ciencia, la ética también trabaja pidiéndole al de siempre que se ponga a un lado, porque las fórmulas que vienen pueden ser un tanto..., molestas.
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Un sueño natural en el ser humano, y no tengo constancia científica - salvo la de mi sana experiencia, es el de un punto negro que se va haciendo cada vez más y más grande. Tal como lo veo, con mis teorías, tiene una explicación que, además, es muy siniestra: el sujeto está viviendo un ennegrecimiento dentro de su parte occipital, que es la que filtra la sociopragmática, y se encarga de procesar lo que se ve. El crecimiento del punto negro representa la eliminación del filtro que te ayuda a distinguir lo bueno de lo malo. Convierte al sujeto en lo que podemos llamar un sinvergüenza: una persona que podría volverse sociopática en cuanto no comprenda las reglas sociales o, simplemente, un psicópata que está perdiendo sus facultades empáticas cada vez más. El negror es un espectro que intenta inteligiblemente transmitir la idea de que algo se oscurece en la vista y, si no es algo físico (que esa persona se está quedando realmente ciega), entonces todo apunta (según mi experiencia) que se trata de una persona que está desvinculando su marco deóntico de la ley natural. Es decir, una persona puede perder su noción de ética, su humanidad.
La ética, por tanto, se convierte en lo que conecta al agente con su inconsciente colectivo, en términos de Jung.
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Yo, por lo pronto, estoy pletórico: tenía miedo de que hoy me pasara lo mismo que ayer. Sospecho que podría estar vinculado con los procesos en segundo plano de mi antivirus..., que acabaré por desinstalar debido a los daños que genera por encima de las supuestas protecciones. Ya vengo diciendo que hay que vigilar los comportamientos absurdos en las grandes corporaciones, porque se viene algo gordo. Y si no hay solución para lo simple, entonces todos esos desgraciados que lo quieren tener todo bajo control acabarán por tener que aguantar el planeta entero como si fueran el mismísimo Atlas, para observar cómo los aplastan y lo dejan caer.
Hay pequeños actos que nos ligan con la deóntica, solo hay que saber encontrarlos.
Recuerdo que hace años alguien me preguntó qué otro sueño le aparece a quien ha sido capaz de volver a encontrar el redil. Y, por supuesto, no le pude satisfacer: lo mío parte del mundo escéptico, y no tengo tanta experiencia como para tener todas las respuestas. Lo que sí podía decirle es que el espectro que se le aparecen a muchas personas sobre una idea de algún dios es válido para que encuentren un camino luminoso. Es como el tercer hombre para los alpinistas: la parte no consciente busca la imagen de un ser que les sirva para transmitir una orden clara sobre lo que deben hacer, y que cambien así su rumbo. Es decir, he oído de muchos sinvergüenzas que recibieron la ensoñación de Dios y encontraron en la Biblia una inspiración para volver a reconocer el valor de la ética.
Según mis teorías la religión es una muleta que te puede servir para seguir andando y avanzando. Pero para cuando ya estés curado, deberás releer lo leído. El que quiera dar todo de sí deberá ir más allá y hacer carrera de fondo - y las muletas entonces serán una molestia.
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