Poco a poco, diseñando, me los encontré. No a Dios, o a cualquier garante de verdad por el estilo, sino a una idea de perfección que me era conviente representar dentro de un modelo que gestiona recursos. Esto es, en definitiva, se puede uno valer de esquemas que sean falsos para obtener una ventaja en eficiencia del modelo que representa la realidad que te es más útil.
Si los hechos del mundo material no se atiene a normas ni formas eso quiere decir que existirán modelos que simplifiquen su comportamiento, para dar una sensación de explicación. Sin embargo, esas simplificaciones no son la causa, no representan una realidad ontológica, son la excusa para gestionar más fácilmente el sistema de información.
Un ejemplo práctico lo tenemos en los animales: el cerebro les hace creer que existe el tiempo, asímismo que hay tres dimensiones euclidianas..., la teoría de la relatividad no es instintivamente asumible por el cerebro de un animal. Al fin y al cabo, ¿qué animal necesita viajar a una velocidad cercana de la luz? El modelo que usamos solo es una aproximación de las leyes naturales de la física. Sin ir más lejos, la sensación que nos produce la luz cuando fluctúa con las texturas es que esas partes son de un color en concreto, cuando en realidad el color no existe físicamente. A los animales tener que saber que existe una cuantificación de los rayos de luz y que ésta se mueve ondulatoriamente no les afecta en los asuntos más importantes. Lo que sí les puede afectar es adivinar rastros, plantas tóxicas, animales en mal estado, etc...
Cuando desarrollamos los modelos del aprendizaje de refuerzo descubrimos que los recursos emanan como si fueran eventos en las distintas celdas reconocibles en un entorno. Sin embargo los recursos que aparecen sorpresivamente, ya sea terremotos, inundaciones..., necesitan ser representados dentro de la base de datos de alguna manera. No es de extrañar que en un modelo conexionista los parámetros no se organizarán exactamente como lo haría una base de datos pero, al mismo tiempo, las bases de datos son los sistemas de almacenamiento más eficientes que existen para representar las dependencias de reunión que se consideren oportunas. Por tanto, si en nuestra base de datos necesitamos definir agentes y cadenas de montage de donde emanan tales recursos entonces, ¿qué significado tiene la erupción de un volcán? ¿Cómo representa el economista los cisnes negros?
Buscando el modelo más simple, hice evolucionar el modelo cliente servidor hasta el punto de incorporar por encima de estos esquemas los movimientos naturales y, por debajo, la maquinaria de las administraciones públicas mediante el pago de impuestos..., y con estos esquemas cuando un animal recorre una celda dentro de su entorno espera encontrar una serie de eventos, dentro de lo normal o lo atípico (Poisson). Pero si descubre que todo está destruido, o cambiado, lo más fácil es pensar que otro agente a modo de competidor se ha presentado en este juego, y éste ha sido el responsable de la ausencia.
Es aquí donde entra en juego la simplificación del modelo: es más fácil decir que cuando el modelo a usar es una Weibull lo que motiva es la aparición de un agente que los supera a todos por su capacidad de destrucción: una deidad. Es decir, es más fácil representar en la base de datos los cambios producidos por una deidad que tener que representar dichos cambios como algo inerte - como un evento más.
Y si eso es algo que me ha pasado a la hora de diseñar, ¿qué no podrá pasársele por la mente a cualquier animal que use su cerebro exclusivamente para orientarse y adivinar qué eventos encontrará en una celda de su entorno? Ya lo explicaba el propio Ortega y Gasset: la mayoría de las cosas que creemos saber lo asumimos por ciertas. Esto es porque lo excepcional no necesitamos procesarlo, porque no nos renta el tener que pararnos a pensar en tales cosas. Asumimos que al salir por la puerta el sol brillará, como siempre, y que no será el final del mundo - cuando lo racional es plantearse esa posibilidad. Racional y cansino.
Por tanto, el cerebro irracional, pero descansado, necesita manejarse con entidades que representen conceptos abstractos que perfeccionen la idea de un ser humano. Ahora bien, si a alguien se le ocurre desarrollar racionalmente esa idea observará cómo se le dispara a terceros hombres de una manera muy estresante.
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