Más allá de que cada cultura desarrolle los pronombres personales con una mayor variabilidad, incluyendo el género o un trato más o menos honorífico, vulgar o coloquial (así como cuando se incorpore un carácter machista, o peyorativo, según el caso) ya he dado con los posibles ocho pronombres personales y el orden natural de los mismos. Sin eso es difícil montarse una buena auditoría, empero.
El orden, que podría considerarse cíclico, es: yo, tú, Vd, vosotros, nosotros, ellos, Vds y él.
Corresponde con las siete esferas de Propp, pero tras cambiar la naturaleza de las mismas y así convertirlas en las distintas fases por las que tendría que pasar una historia que sea convincente. Entendiendo que él hace referencia a un sujeto desconocido o azaroso; bien podría ser el papel que desempeñaría un dios, hartero o vago. En cualquier caso, es interesante observar cómo los marcos deben posicionarse en la relación que hay entre un emisor y un receptor - por lo que supongo que a grandes rasgos cada ladrillo que compone la mentalidad de un idioma se divide en 64 casillas por donde dispersar sus reglas del lenguaje. Y estos marcos serán los que apunten a las distintas "páginas" para que sean direccionadas en la memoria a largo plazo, la que no trabaja.
Ya sólo queda recoger películas y comprobar si realmente se les puede hacer un spoil eficiente mediante esta técnica y, a partir de ahí, clasificarlas de manera tan eficiente como lo buena que sea la película. Si este postulado fuera cierto: las películas más malas necesitarían gastar más espacio de memoria para un mismo tamaño de metraje.
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