Las excusas de Stephen Hawkins sobre porqué no defendía formulaciones en sus libros siempre me parecieron muy sosas: aseverar que un libro de física gana más éxito cuantas menos fórmulas ponga creo que es un error de bulto. Esto es, si voy a escribir un libro de filología inglesa debo poner algo en inglés, si es sobre la Biblia debo citar algún extracto, si es de matemáticas algún teorema deberá ser citado y, por supuesto, si es de física deberán ponerse fórmulas interesantes que vayan a la par con los temas que aborda el libro.
Me doy cuenta de que mis ensayos que abandoné a su suerte es lo que tienen más visitas. Es decir, mis aportaciones en medium sobre divulgación informática desde que los publiqué suelen tener unas 150 visitas a la semana; a pesar de haber abandonado casi hace dos años la publicación. Ya ni me acuerdo de cuándo dejé de publicar.
Mis aportaciones en Youtube, con el fin de experimentar, he observado que el vídeo que ha tenido mayor repercusión (sabiendo que el canal está aislado del resto de las redes sociales, sin publicidad ni nada), ha sido donde me valgo de la antropología y del F1-score para demostrar la existencia del patriarcado. Es decir, donde se ve una formulación estadística a partir de un concepto que suele estar de moda. El otro vídeo donde rectifico la plusvalía también tiene sus visitas, aunque tiene más el vídeo donde parodio una confrontación con un famoso, Armesilla. Donde le intento comunicar por teléfono sobre la existencia de dos fórmulas sencillas que nos ayudarían a corroborar lo socialista que es un país.
En este blog ha tenido más peso conceptos como el test de la consciencia o el análisis del chiste antiguo que, si bien no están llenos de fórmulas, sí parecen pretender convertir en fórmula lo que parece no tenerla.
Así que podría establecer una correlación entre mi participación exitosa y el hecho de que quiera ponerle fórmula a aquello que no parece tenerla.
Yo creo que eso es fórmula de éxito cuando no defraudas, cuando realmente esas fórmulas predicen cosas. Por eso aún siguen leyendo mis cortísimos artículos de medium, donde no se desarrolla más que la mera introducción - lo más básico. No hay un análisis pormenorizado, y aún así no paran de visitar tales artículos. El 75% de la gente les echa un vistazo, el resto se queda leyéndolos.
Sin embargo aún no han visto tan profusamente otro de mis artículos; sí se ve que valoran mis aportaciones a la pragmática en filología, que se han olvidado de mi artículo sobre la fusión entre la ética y la moral, pero no se han percatado de mis micromáquinas. En el artículo en inglés las llamaba "the micromachines". Se trata de un artículo sobre la fuerza bruta y el patrón observer. De cómo se puede obtener un resultado muy rápido apurando el número de casos analizados.
Y es que para que se percaten de una fórmula antes deben comprenderla. Si la fórmula es sencilla entonces ya se dispara el interés, aunque tarde o temprano decaerá por su facilidad para ser reemplazada. Si es más compleja debemos entender que aguantaría por mucho tiempo en el supuesto de que otras formulaciones no fueran tan relevantes, pero antes debe haber un primer acercamiento o estudio.
Las fórmulas son lo que hacen los artículos persistentes. Siempre que hay una apreciación en cualquier clase de columna es la fórmula, o la exposición de una correlación de datos asumibles dentro de una buena teoría relevante y coherente, lo que hará que la columna de opinión persista. Si bien no puedes correlacionar nada con tan poca información siempre puedes abstraerla de manera que divagues en términos más amplios - para luego mencionar la irrelevancia de la excepcionalidad y desarrollar tu propia falsación. Pero no es posible formar una opinión sin una idea de formulación, sin una idea de regresión lineal o normal en los datos, sin una idea de persistencia en la generalización de la información. Si no existe esa generalización entonces no existe mensaje, no existe una razón por la cual leer esa opinión.
Siempre hay que sacar conclusiones.
Las conclusiones no son de cualquier manera: deben tener el formato de máximas universales. Se debe poder citar tales conclusiones para aplicarlo en todos los contextos donde el divulgador manifestó que era aplicable. Así se podrá falsacionar, que es lo que le da veracidad ¿Cómo habrían sido mis artículos si mi código no hubiera funcionado? Era tan simple como copiar y pegar. Tan simple como explicar cada extracto y la razón de ser. Y de no entrar en detalles de sentido común, como proponer un sistema de pesos cuando haces medias, sino sólo proponer la media y explicar porqué funciona. Las generalizaciones son de sentido común, para quien quiera desarrollar la teoría en su propia casa.
Yo creo que esa ha sido la fórmula de éxito, y mi experimento en Youtube creo que me ha ayudado a corroborarlo.
Hay palabras calientes que en su ámbito deben ser abordadas con la fórmula que le corresponda, y para ello nos valdremos del lenguaje técnico que se deba. En Youtube el lenguaje es uno, en Medium el lenguaje es otro. Si se plantean fórmulas que no van a servir para nada entonces es algo que se volverá un peso muerto. Si se evitan fórmulas que por coherencia deberían de ponerse en la palestra entonces correrás el riesgo de parecer no tener suficiente nivel. Si metes fórmulas de más, parecerá que alardeas de algo que no tienes. Si pones excusas de todo tipo para no formular entonces todas esas palabras serán muy pesadas, aburrirán como el discurso de un abogado hablando en sustitución a un poeta.
Jugar con las álgebras es un arte en el mundo de la divulgación. Dar con esas álgebras es pura ciencia en el mundo de la investigación.
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