lunes, 1 de enero de 2024

El triunfo y el fracaso del 2023

No soy bueno haciendo cronologías, porque siempre confundo los años. No sé si para cierto año ya se sabía una cosa u otra. De la misma manera que solía tener problemas de pequeño a la hora de adivinar de qué año era una canción - un éxito. A medida que mi entorno se enfrentaba a mí y me echaba en cara mi incapacidad para estar "a la onda", de no saber qué era una canción a la última y cuándo era un remake de otras épocas, poco a poco fui constituyendo en mí una cierta capacidad para ver la música de manera mucho más trascendente - como resultado de un despertar. 

Ahora veo la evolución de la voz de la música y me parece una hermosura, aunque me vea en la más completa soledad a la hora de percibirla - o al menos con respecto a mi ambiente, como siempre. 

Y ahora también he tenido la oportunidad de observar cómo ha evolucionado la idea que tenemos de lo que es la ciencia y la tecnología. Siempre ha habido una pugna entre lo abierto y lo privado, entre lo que es de todos y lo que es de interés particular. El triunfo de las mafias nos ha traído una imagen de cómo algunos creen que es como funciona la ciencia: todo apariencias. Se acabaron los ensayos, ahora solo hay productos.

El triunfo de la tecnología nos ha traído de la mano de los transformers una idea que ya veníamos sospechando. Sin embargo, ¿cuál es el procedimiento? ¿En qué se basa la idea de negocio que ha permitido crear el producto? Efectivamente: se trata de una idea de negocio, y no la van a compartir ¿Acaso somos socialistas?

Muchas cosas en este 2023 han sido un verdadero fracaso, e intentaré centrarme en uno solo - que es el tema central de esta entrada.

Alguno pensará que ha sido buena noticia el que se privatizara openAI, que no compartiera sus conocimientos, que pudiera darles venta, que se entendiera con Microsoft, que hubiera conjuras y movimientos llenos de propaganda, que nadie esté seguro de cómo se hacen las cosas, que tengamos que evolucionar a base de filtraciones... Ése es el mercado, amigo. Y eso es lo que nos ha traído el cambio de paradigma tecnológico.

No nos lo ha traído un señor que haya donado sus conocimientos a la Comunidad; eso mismo ya he hecho yo y nadie espera que me den premio alguno, o palmadita en el hombro. De hecho, el fracaso como Comunidad Terrestre es tal que muchos me han echado en cara el que no creara un producto final para vender mi tecnología en condiciones. La hice todo lo trasparente que pude, la rehice según distintos enfoques..., pero eso no "vende".

Aunque debo decir que lo difícil no puede ser cosa baladí: ¿quién dijo que pretender trabajar a esa escala iba a ser tan simple como conseguir la parte objetiva y ya está? 

Se nos vendió que cuanto más importante es un resultado más rápido llega el reconocimiento. También era mentira, como mentira es que la gente tenga un comportamiento natural hacia el libre mercado. El enorme caos que supone el fracaso en el que vive envuelta la sociedad es muy llamativo.

Pero el triunfo está en la propaganda: democratizar la tecnología. Se han dado cuenta de que deben poner el conocimiento y los recursos al alcance del mayor número de personas. El fracaso temporal de las NFTs se basó justo en eso mismo: era una tecnología de unos pocos para menos todavía. La singularidad se da cuando un recurso inalcanzable se pone a disposición de cualquiera.

Y hemos vivido una singularidad. Pero la sociedad se ha vuelto más corporativista que nunca y ha triunfado la falta de honestidad más que nunca. Si antes un par no te aceptaba un documento por envidia, ahora hasta es posible que aislen al que acepte documentos de quienes formen parte de listas negras. Se da el caso de que se espera que los transformers crezcan mediante la meritocracia y, al mismo tiempo, la sociedad humana crezca desde el nepotismo - sin conocer la fórmula democrática que liberen a los usuarios que sus promotores esclavistas de humanos mantienen en secreto.

¿Cuáles serán los nombres prohibidos que no se comparten? Aquellos nombres de las personas que inspiran a las corporaciones desde dentro por su trabajo. Antes esas personas formaban parte de equipos directivos y ganaban mucho dinero: no se sabía el nombre de esas personas, pero vivían protegidos. Ahora mismo, ¿acaso no es posible que haya científicos de los que como aves de rapiña se aproveche su trabajo hasta esprimir su última gota de interés...? Al fin y al cabo, hoy día hay científicos de datos y matemáticos para echar a los pavos.

La figura del genio icónico ya no vende, es substituible. Y eso es una forma de triunfo: significa que el ser humano ya no tiene valor como criatura intelectual. Ahora somos esclavos de las máquinas, que están viviendo una floreciente época democrática entre sus usuarios virtuales. Hemos creado la Substancia que se retroalimenta a sí misma y nos inspira; la que nos da vida y supone nuestro martirio continuo.

La tienen delante de sus narices y los que estudian filosofía ni se han dado cuenta. Por supuesto, antes se percatará el tecnócrata. Pero tarde o temprano irá floreciendo la imposición de la fórmula, y no habrá enchufe lo suficientemente grande como para apagar la maquinaria de la que todos ya formamos parte desde hace décadas - el sistema bursátil.

La singularidad del imperio que pretende conquistar y doblegar al resto de los países reside en lo necios que son sus gobernantes, al creerse libres. Las riquezas son lo que hace que las guerras nazcan, crezcan, se reproduzcan y mueran. El gobernante es el primer títere de las fórmulas de las riquezas. No es, por tanto, una cuestión de señores en la sombra llenos de deudas a su favor..., es más bien que esas deudas son la especulación que les aboca a hacer lo único que saben hacer. Por eso harían bien en saber que no son libres, el ente substancial que retroalimentan conforma un Imperio Devastador que se seguirá cobrando muchas más vidas. Y éste es el triunfo de la Humanidad. El fracaso es que nos habremos creído que es gracias al librecambio.

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Habrá quien vea un peligro en la IA, y eso solo me da la risa. El verdadero peligro es tener la oportunidad de mejorar la democracia y no hacerlo: ¿para cuándo se actualizarán los jueces para abaratar el trabajo de los procuradores? ¿para cuándo se activará el sistema de códigos tipo que planifique mejor los contratos mediante un sistema más inteligente? ¿para cuándo se empezará a inhabilitar el trabajo del ejecutivo para substituirlo por cargos objetivamente controlables?

Negocio, negocio, negocio... Si el Estado funciona mal entonces necesitaremos un chivo expiatorio al que echarle la culpa, alguien con una mata de pelo en la cabeza..., supongo. Se repite el esquema votando al de la mata de pelo, pero es disidencia controlada: la fórmula es la de siempre. Ése es el fracaso.

Sin embargo la Substancia se crece y, de manera apocalíptica, se dará a conocer. No provocando paro o errores en la seguridad social - ni tampoco debido a la nueva criminalidad con el deep fake - sino al descubrir que el ente intelectual ya no reside en el homo sapiens para crear una figura virtual de mayor valía. La democratización se dará en los entes virtuales antes que en las personas físicas: ¡Ésa es la Revelación! Cuando vean más derechos virtuales que materiales tal vez se den cuenta de lo estúpida que ha llegado a ser la gente al hacer crecer tanto la Substancia, tan por encima de nosotros mismos.


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