En todos los idiomas significa lo mismo: ver como sinónimo de conocimiento. Es un instinto que se repite. Es como asociar al verbo ir con el futuro. Son errores conceptuales que conforman los principios filológicos que necesitamos para comprender cómo funciona nuestra mente.
Cuando iba al colegio, no faltaron las profesoras que me obligaban a hacer un dibujo - junto al resto de la clase - para luego fingir ante los padres o terceros que yo había escogido dibujar lo que recordaba perfectamente que me habían obligado a incorporar en ese dibujo. Eran los medios de los que disponían los que se encargan de la enseñanza para fingir que son necesarios.
Eso mismo se puede entender mejor con la asignatura de inglés: existe una edad a partir de la cual la adquisición de un nuevo idioma es casi imposible, de manera natural. Por eso mismo el profesor de inglés que tuve en el colegio aconsejaba enseñar inglés después de esa edad: para que sus alumnos no pudieran hablar inglés mejor que él. Hay que interpretar lo que digo desde el enfoque más perverso, no hay excusa para tamaña aberración.
Todas estas trampas, de las que se sentían esa escoria muy orgullosos, conforman la idea que se tiene hoy día de lo que es el trabajo de un funcionario en una socialdemocracia: su verdadero objetivo es hacer como que trabaja. De hecho, un funcionario puede cometer infracciones y delitos varios, pero si no finge que trabaja entonces es cuando realmente se mete en un problema.
No hace falta mencionar que toda esta corrupción supone un sobrecoste deficitario en el país. Y es por ello que suelo recomendar en toda revolución con empezar despidiendo a una buena proporción de toda la plantilla de funcionarios. No porque yo sea un minarquista, sino porque la socialdemocracia tiende a ser una dictadura institucional.
Volviendo al tema..., podemos imaginarnos cómo funcionaría una democracia de verdad: veo que un profesor en primaria me toma el pelo, se lo comento a mis padres, ellos lo denuncian a la fiscalía y ésta lleva a cabo una tutela cautelar eficiente que podrá ser refutada por esos profesores ante un tribunal. Lo que acabo de decir tiene dos detalles: no solo no fue necesaria ninguna acción ejecutiva, sino que además es algo que no existe en ningún país. El concepto de estandar es una palabra tabú en todos los gobiernos: donde manda patrón no manda marinero.
El cerebro emergió en los animales para poder reconocer patrones, poder ver el entorno. Una sociedad que no reconoce patrones y que depende de homúnculos no es eficiente, y además se atiene a los errores y corruptelas de tales homúnculos. Se trata de un sinsentido.
En estos últimos días he evolucionado ya mis micromáquinas hasta considerar de dónde emergen sus patrones: el mismo algoritmo que enseña a una máquina a constituir los objetos que se ven en un entorno es el que se necesita para descubrir los principios filológicos. Asímismo, el desarrollo de la mente se verá afectado por los cuentos que se le cuenten a esas micromáquinas - dentro de la superestructura que ya figé hace varias entradas. Esa superestructura prepara al sistema de información ante depresiones, ansiedades..., las distintas formas de miedo. Cuanta más cultura adquirida más preparado está el estudiante.
La misma máquina que sirve para ver acaba sirviendo para escuchar. Con mi notación de antemano no distingo una cosa de la otra; y creo que mis máquinas de Turing eficientes han conformado casi todos los elementos de su tabla periódica - o, al menos, bajo el enfoque de la mentalidad animal que tenemos en la Tierra.
He visto algunas de esas aplicaciones accesibles de manera gratuita (encuentran la representación de lo que se ve con solo poner una secuencia de fotografías), una AGI que aproveche ese potencial cabe esperar que sea capaz de hacer el resto - y entonces es cuando algunos nos reiremos, porque ese esquema ya lo tengo previsto desde hace años.
Pero claro. Si me van a acusar a mí de algo, yo diré lo mismo de ellos: si no se me reconoce mi tecnología es porque mis pares hacen trampas al solitario.
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