Cuantos más lujos les das a una persona mayor es la espectativa que no podrá replicar. A medida que pasa el tiempo la sociedad siente una mayor dependencia a la familia, y de ahí al análisis hecho por Engels. Cuanto mayor sea la edad de la independencia económica más se idiotiza la sociedad.
El liberalismo, que sólo podría funcionar con una renta básica, en su idea actual procura amenazar de muerte a las personas, bajo un estado de sumisión tortuosa que elimine su identidad, para que trabajen. Eso lo que provoca es la desvirtuación de la ambición por la superación, que está ligada con la ambición por hacer las cosas mejor y que, por supuesto, también ligamos con el deseo de innovar - distinto de descubrir. Es decir, cuanto más se amenace la gente a replicar una labor sin identidad propia menos capacidad para la innovación se tendrá, habrá una mayor idiotización mediante un proceso de tecnocratización.
Al final me veo aquí sin la opción de desarrollarme como individuo. No puedo elegir crear mi hogar. Veo gente menos entregada al trabajo y menos formada que yo que sí han conseguido con creces acoplarse al sistema: que sí han agachado la cabeza. Algunos ni lo saben que lo hicieron, otros es posible que, simplemente, tuvieran suerte. En cualquier caso no hay meritocracia: todo es tan cínico.
En un ambiente así la moralidad es puro vicio y el mensaje es claro: protitúyete. Pero no faltó el mensaje que recibí de una funcionaria: si no me gustaba lo que veía siempre podía coger las maletas e irme de casa; es decir, vivir debajo de un puente. Esa siempre ha sido la solución liberal: negar el problema.
Si la gente como yo desapareciera automáticamente muchos liberales lo tendrían todo más fácil. Eso ya lo sé. Pero ése es el asunto: nada es nada; no hay motivos ni para seguir ni para aguantar. Por eso la angustia con la que vivo es la nada absoluta. Se trata de un vacío extraño en el que vivo en un estado de burguesía inasumible, independientemente de que madrugue para trabajar y doble las horas de trabajo digno para no ganar a penas algo más de lo que gasto - eso sin contar que Hacienda me está machacando a cualquier movimiento en falso que haga con multas insostenibles.
Quiero irme de este ASCO de país. Asco de país. Asco. Asco. Asco. Asco.
Pero no hay ningún trayecto que seguir, ningún destinto al que llegar, ningún plan de acción, nada. Nada es nada. Ni para adelante ni para atrás. Ni matarme ni vivir. Nada de nada. No hay plan.
Puedo opositar, pero no tengo ni la más mínima confianza de que se me corrija el examen en condiciones: ya he visto cómo funciona selectividad, y se supone que eso está muy vigilado. Pues nada, todo es una mentira.
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