Acabo de dejar a medio terminar una película de héroes bastante mala, sosa..., de poca monta. Lo que me ha recordado el poco conocimiento del ritmo que tienen algunos directores de cine. En cualquier caso me ha posibilitado el darme cuenta de porqué algunas estadísticas parecen contradecir los hechos.
Efectivamente, hace tiempo leí en un ensayo de filología que los pueblos donde su idioma nativo son como más vagos en su manera de expresarse suelen tener algo así como menos violencia. Es decir, el ensayo no decía eso, de hecho parecía tener el clásico sesgo del angloparlante que le imposibilitaba llegar a conclusiones objetivas. Sin embargo, en los distintos hechos que presentaba me generó esa curiosidad, esa duda.
El castellano es un idioma que permite dejar bien claro lo que pretendes, a quién se lo dices, exponer hechos ocurridos relacionados con otros en distintos tiempos, combinarlos con aspectos más o menos perfectivos con respecto al tiempo, etc... Desde el punto de vista de la lógica me atrevería a decir que el castellano es de los idiomas más asertivos y completos que existen.
Y claro, si es así, ¿por qué los hispanohablantes suelen tener mayores índices de violencia?
Obviamente yo no puedo achacarlo a los genes; es una creencia absurda. Para creer en supremacías hace falta evidencias claras - evidencias que no se han puesto de relieve por muchos intentos que haya habido de argumentar tales conclusiones. Así que debe ser cultural y, más fácilmente: puede ser por el idioma o la historia de esos países.
Luego observo el árabe; que es un idioma que es muy vago en ciertos aspectos - pero muy específico a la hora de dar órdenes, o de exponer afirmaciones. La fórmula de la idafa árabe permite a un árabe perfeccionar el sustantivo sajón para conformar una composición de palabras que habilita nuevas construcciones sin perder estilo poético. Por ejemplo, si en inglés es fácil decir hombre-araña en árabe además de esa palabra podrían introducir la idea de hombre-de-la-araña, sin valerse de preposiciones o construcciones anómalas que rompan la estética.
Pues bien, los que hablan árabe, a pesar de tener un idioma tan preciso, suelen ser violentos. Y eso es algo que también me suscita dudas, cuestiones: ¿cuanto más preciso es un idioma más violenta es la gente?
Tenemos el caso de los chimpancés que son capaces de hablar, al ser conscientes tienden a ser violentos. Y, por el lado contrario, observamos los idiomas orientales: que suelen ser para los asuntos más cotidianos bastante vagos en comparación con cómo somos en Europa. Es habitual en Japón, por ejemplo, reducir una respuesta a una palabra..., que implícitamente dé a entender una frase necesariamente larga en inglés o español.
Es decir, cuanto más asertivo y explícito sea un idioma más violenta es su gente. Sin embargo, los psicólogos muy acertadamente recomiendan exactamente eso: ser asertivos y explícitos. Es una gigantesca contradicción que necesita una aclaración.
Y hoy fue cuando se me iluminó la bombilla: ¿no será que cuantas más herramientas tengan los corporativistas la connivencia se desarrolla con una mejor organización? No hay más que coger la idea de lo que es la ley: es la manera más eficiente de presentar la moralidad más correcta en una sociedad. Por lo que una organización criminal necesitaría unos estatutos que pudieran ponerse de manifiesto de manera explícita. Y, claro, ¿qué clase de matón es el que necesita que le expliquen las cosas?
Tenemos, sin ir más lejos, en oriente dos mafias: la más peligrosa y la menos. La más peligrosa las triadas, y la menos los yakuzas. Las triadas están involucradas con las instituciones públicas, por eso son tan peligrosas. Mientras que los yakuzas son considerados parias del sistema.
Así que para medir la violencia se debe hacer a nivel doméstico. Y el matón que necesita un periodo de iniciación, como ocurre en triadas y yakuzas, representa una inversión que hace que la organización criminal deba trabajarse más duramente sus proyectos.
Esto es como decir que en España para ser malos no necesitamos manual de instrucciones: se puede construir más fácilmente una teoría de la mente mediante las frases que son conjugadas y, gracias a ello, aprender a mentir desde niños. Cuando una persona se integra en una organización hay frases que se dan por entendidas, y comportamientos que se espera que se entiendan también, por lo que si el lenguaje da para menos malentendidos la organización criminal no necesitará aclarar sus estatutos.
En su momento, hace años, para resolver este enigma se me ocurrió documentarme sobre el suomi. Incluso me planteé hacerme finlandés. Pero es increible lo difícil que es encontrar recursos de suomi.
El suomi, como pasa con el japonés, no admite artículos determinados, por lo que cuando se refieren a algo que han visto lo citan de manera indeterminada y, cuando quieren referenciarlo sólo pueden usar o demostrativos o la misma indeterminación. Pues bien, como pasa con los idiomas orientales, se conforman con la indeterminación - su pragmática les permite entender de qué hablan sin necesidad de usar pronombres demostrativos.
De la misma manera, cuando un chino hace referencia a algo que está haciendo no suele usar el gerundio, pues lo considera de uso poco común. El mismo presente del indicativo sobreentiende su uso. Y alguno podrá decirme que algo parecido ocurre con el árabe (que no tiene gerundio), cuando en realidad es exactamente al contrario: su gerundio se aplica sobre los sustantivos para permitir el transmitir una misma frase de tres maneras diferentes, en gerundio, en predicativo y, paradógicamente, también de manera copulativa (ana adhub: yo camino; distinto de adhub ana: camino yo; la primera palabra establece si es una descripción o una acción).
Debido a la enorme disglosia que hay en los países árabes puede ser tremendamente difícil corroborar lo que digo; al fin y al cabo estos temas podrían ser objeto muy profundo de discusiones irreconciliables. No se trata de una mera discusión de académicos expertos en su idioma nativo.
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Esto me recuerda al caso del autista al que le han dado una somanta palos en un instituto español. Gracias a que fue grabado este hecho se puede comprender visualmente el horror del asunto. Ahora bien, más allá de la repulsión que generan esas imágenes, o del origen cultural de los agresores, a mí me llamó la atención la frase que repetía la víctima: "¡ya está bien, ya está bien!".
Yo creo que esa frase es incriminatoria hacia muchas personas. Que un autista pusiera en la palestra esa frase para que dejaran de pegarle lo que indica es que ya en otras ocasiones ya le pegaron y, al escucharse esta frase, dejaron de hacerlo. Es decir: hablamos de que los agresores tenían una manera de ver las cosas grupalmente, sin necesidad de admitir que iban a hacer algo vergonzoso; y entonces dejaban de hacerlo para cuando las miradas le acusaban.
Pero, poco a poco, se va alimentando el no hacer nada: jueces que no ven delito, directores de centros que no expulsan a los violentos..., en España es demasiado común y esa gente no debería de volver a ejercer de funcionario en cuanto presenten esos síntomas de psicopatía tan peligrosos y sociopáticos.
Por eso los alumnos no denuncian: o se frustran al ver el comportamiento de las autoridades, o simplemente las propias autoridades castigan a los denunciantes. De una manera o de otra en España denunciar tiene castigo, y luego los cínicos se preguntan si es la televisión la que impulsa la violencia en los jóvenes; o si el problema viene del norte de África.
Para acabar con la violencia primero hay que revisar si las autoridades están a la altura, acto seguido preguntar a los testigos y preguntarles porqué no denunciaron antes y, finalmente, estudiar el entorno de los agresores. El entorno más hostil que intoxica al máximo a un adolescente es el que generan los directores de los centros - que deberían de ser perseguidos y encarcelados; por sus actos explícitos de encubrimiento criminal y ninguneo a las víctimas.
Sin embargo, una vez más, el periodista mirará hacia entornos lejanos..., no investigará el centro, la dirección del mismo - con un máximo responsable. Pensarán que la violencia es estructural..., estructural, ¡tus cojones! Eso mismo no pasa en otros países. Es como decir que, estructuralmente, debe de haber un genocidio con pistolas en EEUU de vez en cuando en sus institutos.
La gente confunde lo estructural con lo coyuntural: no es normal pensar que un ser humano vaya a abusar de otro porque le dé la santa gana. Debe existir una razón estructural impuesta por un señor con nombre y apellidos y que aliena a los que dependen de él a comportarse de una manera sociopática.
Pero claro, investigar..., eso cuesta. Supongo.
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En una ocasión alguien me preguntó si yo era un experto en drogas, a lo que respondí que era feliz en mi ignorancia. Pues bien, para algunas cosas deberíamos de ser felices de ser ignorantes, porque hay comportamientos que no nos son naturales - y hay que localizar a los sociópatas allá donde generen las estructuras adversas a la convivencia y la denuncia social.
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